lunes, 16 de abril de 2012

LA MIRADA DEL ELEFANTE

¡Qué placer más extraño! Saber que estás acabando con una vida inmensa de manera gratuita, que no te falta la comida, que podrías salvarlos a todos donando lo que te cuesta matarle... Y decides disfrutar disparándole y viendo como muere. ¿Qué sientes? ¿Te crees más fuerte que él, mejor, más grande? ¿Por qué lo haces?

Esta vez te han pillado. Tú, campechano, héroe de nuestra maravillosa transición, te has caído de nuevo y te has partido, no el espinazo sino la cadera. Si fuera religiosa diría que se ha hecho justicia, como no lo soy pienso que tarde o temprano acaba saliendo a la luz lo que cada uno es. Y no hace falta que nombre lo que eres porque, en este país, decir las verdades sobre la Monarquía todavía puede ser un delito.

¡Qué vida más extresado Juan Carlos! A punto de llegar a los seis millones de parados, con el país aguantando el aire por lo que pasará esta semana con esa mafia a la que llamamos "mercados" y que nos tienen al borde del abismo y tú en Botswana, preocupado.

Vete, jubílate o abdica, como quiera que se diga. Y si tu hijo quiere seguir viviendo de los presupuestos del Estado y de mis impuestos, que se presente a las elecciones y las gane. 


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